sábado, 5 de febrero de 2011

Stuck on a roller coaster.

Hoy inevitablemente comienzo mi día inestable, con posibilidad de algunos chaparrones aislados. Como una idiota sigo esperando que se te prendan mínimamente dos luces de esa cabecita tan poblada que tenés últimamente, y me mandes un mísero mensaje. No, claramente no. ¿Por qué? Fácil, simplemente porque hoy (VOS)-tampoco-tenés-ganas. Y así es, todo cuando vos tenés ganas. Aunque haciendo una autocrítica (leve, claro) es todo cuando vos querés, pero como yo quiero. No se, así no vamos ni para atrás ni para adelante, en conclusión ambos somos nuestro propio y mutuo problema. Tampoco se por qué me sigue pasando esto de que seas (hagas o no hagas algo, poco o mucho, bueno o malo) mi disparador, a cualquier hora (si, otra vez, son las 6 de la mañana después de varias cervezas con amigas -deja vú-); estoy un poco mal de la cabeza, y gran parte de la culpa estoy casi segura que es tuya. Y así es la rueda, considerarte un hijo de puta tanto por acción como por omisión (porque en definitiva hoy no hiciste nada, pero esa nada también me inquieta) hasta que hagas algo, por más mínimo que sea, que me deslumbre nuevamente y considerarte más tierno que un peluche con sonido. Again, and again, and again.
Algo s u m a m e n t e positivo: La noche con amigas, como siempre y para pintar de colores cualquier momento, excelente.
Y ahora que me doy cuenta y lo analizo mejor, son más las ganas de seguir enojada con vos, que lo que realmente estoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario