sábado, 22 de enero de 2011

Cuando te hartes de amores baratos de un rato, me llamas.

Acabo de llegar a mi casa. Son las 5 de la mañana y sos un hijo de puta. Después de cuatro cervezas con amigas ya no se si estoy llorando por tu culpa, o por la crema que me entró a los ojos cuando me saqué el maquillaje, no importa la cosa no varía mucho, sos un hijo de puta anyway.
La próxima voy a optar por solicitarte cordialmente que agendes bien a mano tres números telefónicos. El de alguna de estas minitas que te dan lo poco y básico que pretendés de una “mujer”, el de un psicólogo para que converses con alguien tus graves trastornos mentales y me dejes al menos un saludable tiempito en paz, y el mío para cuando te decidas a jugártela por una mina de verdad y dejes esa patética cobardía de lado que tanto te caracteriza.
No puedo creer que sigas generando este tipo de situaciones que me estallan la cabeza. Un día pienso que sos lo mejor que me puede haber puesto el destino en el camino, y a los pocos segundos lográs que tenga considerables ganas de hacerte cualquier pésima (y poco esperable de mi parte) maldad para hacerte sentir de alguna manera lo mierda que me hacés. Ya no se como demostrarte que te comportás como un tremendo pelotudo flaquito, CRECÉ.
Agradezco a mis amigas, y al blog por permitirme descargar la bronca que tengo dentro evitando una desgracia o una pelotudez de mi parte. Qué texto más boca sucia.

viernes, 14 de enero de 2011

Hey moon, please forget to fall down!

Hace 20 minutos escribí el título pero no puedo empezar a escribir. En realidad hace muchísimo que no escribo para mi gusto, hace mucho que me pasan tantas cosas juntas que no puedo transcribirlo.
A veces es un tanto frustrante el hecho de tener 20 años y tener desde los 13 la certeza de que vos sos el hombre de mi vida. Si, vos y no otro. Es todo muy desconcertante, no te veo por un tiempo, me dispongo a estar con alguien, te veo y otra vez toda la historia, otra vez nosotros, otra vez vos, otra vez yo y este ida y vuelta sin final, esta calesita infinita que no para de girar, y girar, y girar, etc.
Sentimos lo mismo, nos pasa lo mismo, ninguno de los dos puede evitar al otro. Es química. Es una conexión demasiado especial, más allá de lo explicable. Una relación que dudo algún día llegar a tener con alguien más. Intento pero no, no existe la persona que me haga sentir como me hacés sentir vos. Con nadie me peleo y me río muchísimo después 20 veces en 10 minutos. A nadie me sale expresarle las cosas con la facilidad con que te miro y puedo decirte cualquier cosa. Nadie me conoce mejor que vos. Nadie te conoce mejor que yo. Nadie entiende mis malos humores, nadie sabe como hacerme reír como lo hacés vos. Nadie tiene más claro que yo cómo manejar tu mal humor, y vos el mío. Nadie da mejores abrazos que vos. Nadie besa mejor que vos. Una mirada tuya me hace temblar como nadie. Verte llegar a un lugar donde estoy yo inevitablemente me inquieta y me saca una sonrisa nerviosa. Con nadie compartí tantas cosas y tantas etapas de mi vida como con vos. A nadie más que no seas vos me animé a robarle más de un beso. Nadie sabe tanto como vos lo que me gustan los chocolates y lo que amo los perros. Y te juro que nadie te extraña y te quiere más que yo.
¿Y esto termina alguna vez? No se. A veces quiero que si. Que sea rápido y sin anestesia. Otras ruego que no, siento que no aguanto más sin vos y necesito que vuelvas ya. A veces pienso más que en un final, en una conclusión de cuento o novela que no se si es posible. Siento que nuestra historia termina, DEBE terminar con un “y vivieron felices para siempre…”. No encuentro otro desenlace. No, no, no.

jueves, 13 de enero de 2011

CYA 2 (nearer than before).

Yo sabía, sabía positivamente que si iba ahí te iba a ver. ¿Para qué entonces? ¿Masoquismo? ¿Intriga? ¿Las simples y llanas ganas de verte? FUUUUUUCCCCCCCCCCCKKKKKK! ¡¿PARA QUÉ?!
Y si, te vi, ahora no de espalda, de frente y bien de cerca otra vez. Si, otra vez. Otra vez todo. Pero ojo, hay que tomar en consideración que el amor de tu vida, tu príncipe azul con media botella de ron y varias otras bebidas con contenido etílico encima, pierde mucho encanto. En fin, otra vez vos, otra vez nosotros (¿nosotros?), otra vez estos sentimientos y esta sensación que después de unos 6 meses ya ni recordaba. ¿Qué necesidad de revivir todo esto?
Es verte y sentir que te me vas de las manos, que sos como agua entre mis dedos. Que son unos instantes, sólo unos instantes y encima, para variar, instantes de peleas y palabras horribles. Siempre lo mismo. Y como disimularlo si me lavo la cara, me miro al espejo y este brillo en mis ojos no existiría si no hubiese estado al lado tuyo. ¿Cómo? No lo puedo controlar, no hay manera de manejarlo ni de ocultarlo. Y volver a descubrir que todo te importe nada, o al menos que eso sea lo que demostrás. Volver a la realidad de la frivolidad y frialdad que mostrás.
Y pensar que era yo la que quería verte para demostrarte que estaba bien con otro, que no te necesitaba, que no quería verte más. Al final todo me sale al revés, el que me lo pudo volver a demostrar fuiste vos. Y sabiendo que iba a estar ahí, asintiendo cuando te dijeron que me iban a buscar, para yo llegar y que estés con otra. Está bien, yo no iba a estar con vos, pero no me dejaste concretar mis planes de ser ¡YO ESTA VEZ!, yo la que esté en ese lugar, de mostrarte que esta vez era yo la que estaba regia sin vos. Y después de todas estas idas y vueltas, de tantas inconsistencias, a veces me sigo preguntando: ¿Dónde quedó el que de todas maneras y a pesar de todo y de todos seguía insistiendo en ser el primero y único en mi vida, el que esperaba sentado en la puerta de su casa a las 7.30 de la mañana de un domingo porque sabía que yo pasaba por la esquina y corría para alcanzarme e ir conmigo hasta mi casa?
Bueno, después de todo, y a pesar de todo, la noche terminó, me saqué el maquillaje de los ojos, el sol ya salió y voy a tener que ir a dormir. Si, son las 6.20 de la mañana, acabo de llegar y ¡HASTA A ESTA HORA ME GENERÁS LA PUTA NECESIDAD DE ESCRIBIR! Por eso te odio tanto a veces (casi siempre). Aunque por eso y por muchas cosas más también, pero reitero tengo que ir a dormir.

CYA.

Te vi. Todo lo que quería era verte y te vi. Ok3y, de espalda, pero te vi. Obvia (y desilusionante) conclusión: no me viste (o no se, al menos nuestras miradas no se cruzaron). Y todo lo que deseaba era que te dieras vuelta, y me vieras. Y ahora que te vi me di cuenta para qué quería verte todo este tiempo: verte para que me veas. Pero es mas profundo, no es sólo de este momento. Tal vez fue lo que quise siempre: que-me-veas, no que-me-mires. Distancia, mucha distancia… y de golpe porrazo: te veo, y lo entiendo todo. Y, para variar, tarde para entenderlo todo, tarde para sacar conclusiones, tarde para volver a no saber qué carajo hacer con vos. Porque si, aunque suene contradictorio, en un punto siento que me cierra todo pero cuando quiero transcribirlo (si, porque así lo entiendo mejor) siento que otra vez no se qué hacer, que no entendí nada y que perdí el rumbo.
Es increíble, ¡Sos como un disparador en mi vida! ¡Fuck! ¿Por qué vos? No hace más de 3 minutos que llegué a mi casa, o sea que te vi (si, vivimos a 5 cuadras) y no pude evitar sentir la necesidad de prender la PC y ponerme a escribir.

miércoles, 12 de enero de 2011

Lie to me.

12-1-10, 4.08 am. Jamás escribo fechas. En ningún lugar, ni si quiera lo hacía en el colegio, en los cuadernos sólo trazaba la línea (larga o corta, dependiendo de los temas a tratar) y continuaba así con lo que la maestra decía. En realidad no se por qué, una más de esas manías idiotas mías, tal vez. Pero la única vez en el año que escribía la fecha en mis cuadernos era el día de mi cumpleaños, tampoco se por qué, ni tampoco es lo que voy a tratar de descifrar acá ni nada parecido. Simplemente lo escribo a modo de anécdota porque sin saber cómo ni por qué, espontáneamente, así, de la nada, me salió escribir la fecha y la hora en este escrito, y en general soy de prestarle mucha atención a este tipo de primeros impulsos, a los más frescos, no se si porque no me salen muy seguido o porque me interesa muchísimo lo que hay en mi inconsciente, que, dicho sea de paso, es mucho más interesante (y retorcido) que lo que muestra mi consciente.
Bueno, ahora si. Tengo dos molestias. Una física (y bastante simple podría decirse): un mosquito me picó la planta del pie. ¿Cuántas veces puede llegar a picarle a alguien un mosquito ahí? Relativamente pocas, pero si, a mi me pasan ese tipo de cosas. Como no podía ser de otra manera, soy bastante alérgica a las picaduras de mosquitos (y hormigas) y, para variar, soy “cosquilluda”. Por ende, secuencia: me pica, me rasco, me da cosquillas. La segunda molestia es a nivel espiritual, que a su vez (¡ojo ahí!) se divide en dos partes: mental y emocional, aunque bastante mezcladas, como siempre y para generarme aún más confusión. Acá vamos.
¿Qué gano mintiéndome a mi misma? Releyendo tus mensajes “más lindos” (o al menos los que yo misma reinterpreto a mi gusto, clasifico y encasillo en la columna de “más lindos”) para de alguna manera hacerte repetir hasta el cansancio una y otra vez lo que leo. Es la muestra más obvia de que TODO, absolutamente todo lo que necesito es lo que vos no me das, así, lisa y llanamente, lo que no me das. ¿Y por qué seguir con este absurdo sin si quiera nombre alguno? No se, es una de las cosas más idiotas que he hecho en mi vida. Alguien que me golpeé la cabeza, por favor.
Te abrazo, me abrazás y me conformo creyendo, pensando, inventando que me querés; no, ni tu abrazo significa lo mismo que el mío. Te doy demasiado. Soy demasiado para vos. Pero al mismo tiempo sigo esperando que descubras que valgo mucho. Te doy tiempo, te tengo fe, esperanza y paciencia… nada, nada, ¡NADA! No se por qué tengo también la estúpida e ilusa sensación de que me necesitás, pero no conscientemente, si no que es la idea de que necesitás a alguien como yo, la idea de que YO si te puedo ayudar, te puedo cambiar. Qué idiota.
Conclusión: o yo soy muy complicada, ilusa e idiota… o voy a empezar a creer que el amor es muy complicado, iluso, e idiota. Peleadísimo.

(Si, es de hace exactamente un año, qué loco)

sábado, 8 de enero de 2011

Olvido.

¿Qué es el olvido? No pensar en algo o en alguien, no recordar algo… voluntaria o involuntariamente. Pero ¿Cómo darse cuenta cuál es ese momento en el que realmente nos olvidamos de ese alguien? Olvidar es dejar atrás, es hacer recuerdos, es crear memorias… es mirar hacia adelante y no voltear la vista. Es bajar un telón, terminar una función. Es un camino, un largo y doloroso camino a veces, pero no tiene atajos y no tiene sentido buscarlos… no los vas a encontrar. Es un proceso, un proceso del alma, del corazón.
Olvidar a veces nos libera espacio dentro de nuestro corazón y deja abierta nuestra mente y el alma a nuevas experiencias, sin el peso ya de ese otro, sin esa presencia que tal vez nos detenía, nos ataba al pasado. Nos libera porque nos saca un peso de encima. Ahora todo está hecho de recuerdos… en fotos, en cartas, en momentos, en canciones, en palabras. Recuerdos que hay que guardar como experiencias, buenas o malas, no importa, forman parte de lo que somos y de lo que alguna vez fuimos.
Olvidar es decir basta a algo que tal vez no nos hacía tan bien, es haberse permitido mirar con otros ojos… tener otra óptica; es ir formando nuestro pasado y permitirnos un presente, es crear nuevas historias. Es decir adiós, o hasta luego, te tendré siempre, pero sólo en mis recuerdos…

viernes, 7 de enero de 2011

Wind.

Hoy no tengo un hilo conductor, simplemente ideas sueltas (pero conectadas, o al menos así creo que están en mi cabeza). Dicho esto, acá van. Mambeo tanto cuando me acuesto. La cabeza me va a mil. A veces quiero retroceder años, otras veces meses, a veces un instante. A veces ¿te extraño?, a veces me río de vos. Si, aunque no tenga (ni haya en realidad) motivos. Últimamente I wonder cómo hace la gente que vive sin un mínimo interrogante de tipo filosófico. Digo, cómo hace no, cómo es posible no tenerlo. Muy loco. Una vida muy básica, bah “vida”, en fin. Y digo I wonder porque lo que quiero decir literalmente es I wonder, no me gusta la traducción ni ningún término en castellano para esta frase, su connotación en inglés es exactamente lo que quiero transmitir. Juro que va muy a mil mi cabeza. Son esos momentos de inspiración, ¿no? Si, así les dicen.