miércoles, 12 de enero de 2011

Lie to me.

12-1-10, 4.08 am. Jamás escribo fechas. En ningún lugar, ni si quiera lo hacía en el colegio, en los cuadernos sólo trazaba la línea (larga o corta, dependiendo de los temas a tratar) y continuaba así con lo que la maestra decía. En realidad no se por qué, una más de esas manías idiotas mías, tal vez. Pero la única vez en el año que escribía la fecha en mis cuadernos era el día de mi cumpleaños, tampoco se por qué, ni tampoco es lo que voy a tratar de descifrar acá ni nada parecido. Simplemente lo escribo a modo de anécdota porque sin saber cómo ni por qué, espontáneamente, así, de la nada, me salió escribir la fecha y la hora en este escrito, y en general soy de prestarle mucha atención a este tipo de primeros impulsos, a los más frescos, no se si porque no me salen muy seguido o porque me interesa muchísimo lo que hay en mi inconsciente, que, dicho sea de paso, es mucho más interesante (y retorcido) que lo que muestra mi consciente.
Bueno, ahora si. Tengo dos molestias. Una física (y bastante simple podría decirse): un mosquito me picó la planta del pie. ¿Cuántas veces puede llegar a picarle a alguien un mosquito ahí? Relativamente pocas, pero si, a mi me pasan ese tipo de cosas. Como no podía ser de otra manera, soy bastante alérgica a las picaduras de mosquitos (y hormigas) y, para variar, soy “cosquilluda”. Por ende, secuencia: me pica, me rasco, me da cosquillas. La segunda molestia es a nivel espiritual, que a su vez (¡ojo ahí!) se divide en dos partes: mental y emocional, aunque bastante mezcladas, como siempre y para generarme aún más confusión. Acá vamos.
¿Qué gano mintiéndome a mi misma? Releyendo tus mensajes “más lindos” (o al menos los que yo misma reinterpreto a mi gusto, clasifico y encasillo en la columna de “más lindos”) para de alguna manera hacerte repetir hasta el cansancio una y otra vez lo que leo. Es la muestra más obvia de que TODO, absolutamente todo lo que necesito es lo que vos no me das, así, lisa y llanamente, lo que no me das. ¿Y por qué seguir con este absurdo sin si quiera nombre alguno? No se, es una de las cosas más idiotas que he hecho en mi vida. Alguien que me golpeé la cabeza, por favor.
Te abrazo, me abrazás y me conformo creyendo, pensando, inventando que me querés; no, ni tu abrazo significa lo mismo que el mío. Te doy demasiado. Soy demasiado para vos. Pero al mismo tiempo sigo esperando que descubras que valgo mucho. Te doy tiempo, te tengo fe, esperanza y paciencia… nada, nada, ¡NADA! No se por qué tengo también la estúpida e ilusa sensación de que me necesitás, pero no conscientemente, si no que es la idea de que necesitás a alguien como yo, la idea de que YO si te puedo ayudar, te puedo cambiar. Qué idiota.
Conclusión: o yo soy muy complicada, ilusa e idiota… o voy a empezar a creer que el amor es muy complicado, iluso, e idiota. Peleadísimo.

(Si, es de hace exactamente un año, qué loco)

No hay comentarios:

Publicar un comentario