jueves, 13 de enero de 2011

CYA.

Te vi. Todo lo que quería era verte y te vi. Ok3y, de espalda, pero te vi. Obvia (y desilusionante) conclusión: no me viste (o no se, al menos nuestras miradas no se cruzaron). Y todo lo que deseaba era que te dieras vuelta, y me vieras. Y ahora que te vi me di cuenta para qué quería verte todo este tiempo: verte para que me veas. Pero es mas profundo, no es sólo de este momento. Tal vez fue lo que quise siempre: que-me-veas, no que-me-mires. Distancia, mucha distancia… y de golpe porrazo: te veo, y lo entiendo todo. Y, para variar, tarde para entenderlo todo, tarde para sacar conclusiones, tarde para volver a no saber qué carajo hacer con vos. Porque si, aunque suene contradictorio, en un punto siento que me cierra todo pero cuando quiero transcribirlo (si, porque así lo entiendo mejor) siento que otra vez no se qué hacer, que no entendí nada y que perdí el rumbo.
Es increíble, ¡Sos como un disparador en mi vida! ¡Fuck! ¿Por qué vos? No hace más de 3 minutos que llegué a mi casa, o sea que te vi (si, vivimos a 5 cuadras) y no pude evitar sentir la necesidad de prender la PC y ponerme a escribir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario