jueves, 13 de enero de 2011

CYA 2 (nearer than before).

Yo sabía, sabía positivamente que si iba ahí te iba a ver. ¿Para qué entonces? ¿Masoquismo? ¿Intriga? ¿Las simples y llanas ganas de verte? FUUUUUUCCCCCCCCCCCKKKKKK! ¡¿PARA QUÉ?!
Y si, te vi, ahora no de espalda, de frente y bien de cerca otra vez. Si, otra vez. Otra vez todo. Pero ojo, hay que tomar en consideración que el amor de tu vida, tu príncipe azul con media botella de ron y varias otras bebidas con contenido etílico encima, pierde mucho encanto. En fin, otra vez vos, otra vez nosotros (¿nosotros?), otra vez estos sentimientos y esta sensación que después de unos 6 meses ya ni recordaba. ¿Qué necesidad de revivir todo esto?
Es verte y sentir que te me vas de las manos, que sos como agua entre mis dedos. Que son unos instantes, sólo unos instantes y encima, para variar, instantes de peleas y palabras horribles. Siempre lo mismo. Y como disimularlo si me lavo la cara, me miro al espejo y este brillo en mis ojos no existiría si no hubiese estado al lado tuyo. ¿Cómo? No lo puedo controlar, no hay manera de manejarlo ni de ocultarlo. Y volver a descubrir que todo te importe nada, o al menos que eso sea lo que demostrás. Volver a la realidad de la frivolidad y frialdad que mostrás.
Y pensar que era yo la que quería verte para demostrarte que estaba bien con otro, que no te necesitaba, que no quería verte más. Al final todo me sale al revés, el que me lo pudo volver a demostrar fuiste vos. Y sabiendo que iba a estar ahí, asintiendo cuando te dijeron que me iban a buscar, para yo llegar y que estés con otra. Está bien, yo no iba a estar con vos, pero no me dejaste concretar mis planes de ser ¡YO ESTA VEZ!, yo la que esté en ese lugar, de mostrarte que esta vez era yo la que estaba regia sin vos. Y después de todas estas idas y vueltas, de tantas inconsistencias, a veces me sigo preguntando: ¿Dónde quedó el que de todas maneras y a pesar de todo y de todos seguía insistiendo en ser el primero y único en mi vida, el que esperaba sentado en la puerta de su casa a las 7.30 de la mañana de un domingo porque sabía que yo pasaba por la esquina y corría para alcanzarme e ir conmigo hasta mi casa?
Bueno, después de todo, y a pesar de todo, la noche terminó, me saqué el maquillaje de los ojos, el sol ya salió y voy a tener que ir a dormir. Si, son las 6.20 de la mañana, acabo de llegar y ¡HASTA A ESTA HORA ME GENERÁS LA PUTA NECESIDAD DE ESCRIBIR! Por eso te odio tanto a veces (casi siempre). Aunque por eso y por muchas cosas más también, pero reitero tengo que ir a dormir.

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