No se. Termino con uno. Vuelve leeeeeeeentamente el otro, al menos a darme vueltas en la cabeza. Mientras tanto otro me hace una invitación ficticia y encubierta a tomar un café, si... café. Todos disponibles y ampliamente (!) accesibles menos el que yo quiero, ¿será que me empecino y sale peor?. Termino de llorar por un pelotudo y ahora me empaco con otro. ¿Quién me manda a engancharme así? Vasca porfiada que soy.
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