domingo, 31 de julio de 2011

No te puedo aconsejar, no te puedo sacar de ahí, salvo vos.

Es muy fuerte la imagen de estar tirada en la cama con dolor de cintura cual señora mayor, golpeándome la cabeza con una mano y en la otra sosteniendo el celular leyendo un mensaje tuyo que otra vez vuelve a hacerte repetir, evidentemente hasta el casancio, que te gustaría verme. "Insistidor como perro de sulky", diría mi mamá. Me duele tener que responderte que no, pero no me duele por mi, me duele por vos. Se que no estás bien, que no seguís bien o que vas peor. Pero no te puedo ayudar, nadie te puede ayudar si primero no lo entendés vos. "Cuidate eh!" más no te puedo decir, esperando que lo entiendas de manera literal y no como un saludo. Sé que si. Te quiero, como creo nunca entenderás y como creo nunca fui correspondida. Pero tengo que permitirme mirar para adelante y ser feliz. Ya me tuviste, y ya me fui. Dicen que el tren pasa una sola vez, y este tren ha sido demasiado paciente con vos.

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